Orizaba, Ver.- Las contralorías municipales deben ser autónomas, estar dispuestas a denunciar a los propios alcaldes y mantener sin represalias el anonimato de los ciudadanos, manifestó Augusto Cáceres Viñas, alcalde del distrito de San Isidro, en Lima, Perú.
El impulsor de la Gerencia de Ética e Integridad en los ayuntamientos, aseveró que “no puede haber buen gobierno si los que gobiernan o quienes los rodean roban o utilizan el cargo en su beneficio personal, que es lo mismo que robar”.
En entrevista, durante el XIII Congreso Iberoamericano de Municipalistas y en el marco del Día Internacional contra la Corrupción, el edil llamó a los ciudadanos y a los mismos funcionarios a actuar con valentía, ante posibles represalias.
“En nuestros países todos podemos tener represalias si hacemos una denuncia, la valentía es lo primero que debemos de asumir; pero en nuestro caso no tomamos ninguna represalia, porque si tienen razón me ayudan y si no tienen razón el Gerente de Ética las va a desechar” aseguró.
El alcalde del centro financiero de la capital de Perú advirtió que el gobernante tiene que velar por el anonimato de las personas y la autonomía de lo que en México son las denominadas Contralorías, que puedan llevar denuncias a la Fiscalía, incluso, en contra de los propios Presidentes Municipales.
“Los entes en todos sus niveles tienen que ser lo más autónomos posibles para garantizar el Estado de Derecho, que sepas que puedas hacer las cosas conforme a la ley y no va a venir alguien a reprimirte”, señaló.
Al referirse como ejemplo de éxito contra la corrupción a la Gerencia de Ética e Integridad, precisó que funciona de manera independiente encabezada por un funcionario que no conocía con anterioridad, pero cuyo perfil debe ser alguien con conocimiento del tema, capacidad y autonomía.
“Si el alcalde mete la pata, me denuncias; la cabeza debe de empoderar a las personas; porque sé que no voy a hacer nada malo si lo hago tienes la autonomía para denunciarme y me juzguen”, abundó sobre la independencia del Gerente de dicha área.
Agregó que la verdadera cultura de la integridad y anticorrupción debe estar basada en el ejemplo y la acción de los servidores públicos.
“El funcionario tiene que ser un ejemplo en su comunidad, tiene que ser un hombre probo, pero para que esto funcione tiene que arriesgarse e implementar acciones de organismos como la Gerencia de Ética e Integridad”.
