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2 mayo, 2024
Opinion

RECETARIO

por Iván Peralta

 

Carne asada

 

Ni por enterados… la centra nuecleoeléctrica de Laguna Verde, en la zona costera del municipio de Alto Lucero, habría registrado un incidente considerado de alto riesgo hace apenas unas semanas y una investigación periodística así lo confirmaría.

 

El diario español consigna que “si la recarga de combustible nuclear de la Unidad 1 (U1) padeció dificultades, y su consumación desembocó en un suceso de “alto riesgo”, pues la mañana del 19 de mayo, uno de los dos reactores de la central registró un calentamiento inusual que alcanzó hasta los 100 grados centígrados”.

 

La investigación remarca que “unas horas antes, el reactor había superado los 65,6 grados, el límite permitido para evitar el aumento en la presión” y que “el personal de la planta evitó suspender la operación y demoró la activación del sistema de ventilación”.

 

En una crónica periodística firmada por el reportero Emilio Godoy, EL PAÍS detalló:

“El reloj marcaba las 10.44 del 17 de mayo pasado, cuando este reactor volvió a ponerse en marcha luego de 14 días de retraso en el recambio del uranio que nutre a la planta. La instalación solo tenía disponible uno de los dos enfriadores (‘chiller’), que posee seis ventiladores, del Sistema de Agua Helada del Pozo Seco –la cavidad donde se aloja la vasija del reactor y que consta de cables, tuberías, motores e instrumentos–. El repuesto estaba en mantenimiento por bajo nivel de refrigerante.

 

“A las 7.05 del 18 de mayo la U1 se reconectó con la red eléctrica nacional, pero casi dos horas después el ‘chiller’ frenó cuando el reactor operaba con una potencia de casi 20%, y por lo cual la temperatura de la contención primaria inició su recalentamiento, según la Notificación de Evento Reportable 1-006/2022 –un documento que registra fallas en la instalación–, obtenido a través de transparencia. 

 

A las 9.00 la temperatura alcanzó los 65.6 grados centígrados, el límite permitido. Una hora después, la temperatura escaló a 82 grados. Para las 14.00 los trabajadores decretaron el paro forzado (‘Scram’) de la U1”.

 

Godoy reseña que en el pozo seco, donde se ubican todas las tuberías que trasladan el vapor de la vasija del reactor hasta el edificio de turbina, se genera mucho calor, disipado por ventiladores y sistemas de aire acondicionado, enfriados por los ‘chillers’. “La acción inmediata era apagar el reactor. Esto demuestra una ausencia de una fuerte cultura de seguridad al no haber tomado esa decisión”, declaró una fuente anónima de Laguna Verde al reportero del diario madrileño.

 

En su crónica, el reportero del diario madrileño apunta que alas 9.38 del 19 de mayo, el personal detectó oscilaciones en la vasija del reactor causadas por la formación de vapor por la alta temperatura en la contención primaria, y quedó fuera de servicio el Sistema de Remoción de Calor Residual (RHR-B). Casi una hora después abrieron las válvulas de venteo de la contención primaria para disipar la acumulación gaseosa y cerraron los escapes a las 12.28. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS), el regulador mexicano, aseguran que esas emisiones son inofensivas, pero no han sido evaluadas de forma independiente”.

 

“A las 10.43 reinició el RHR-B, con una temperatura de 100 grados. A las 10.57 el enfriador revivió y la temperatura empezó su descenso. En suma, el calor se situó por encima de 100 grados durante más de 10 horas.

 

Estas vicisitudes se reflejaron en el nivel de generación eléctrica de la nucleoeléctrica, que posee una capacidad instalada por reactor de 820 megavatios (MW) y que representa 4% de la capacidad eléctrica de México y 2% de la generación total del país. 

 

La planta generó 428 MW el 19 de mayo; 466, el 21 de mayo; y nada el 22 de mayo, como indica el Observatorio de Transición Energética de México. A pesar de la evidencia existente sobre las fallas recurrentes en la central, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) insiste en que la planta opera con seguridad y eficiencia.

 

La central nucleoeléctrica ha padecido episodios similares en meses recientes. Uno de las más recientes habría ocurrido durante la medianoche del 4 de enero, la temperatura de la contención primaria rebasó 65,6 grados, cuando la U2 operaba a una potencia de 96,5 % y generaba 785 MW, según el reporte especial 2-001/22 de la CNSNS obtenido por transparencia. 

 

La situación persistió durante varios días. A la 1:04 del día 13 de enero ocurrió un paro del chiller, con aumento de temperatura en la contención primaria por encima de 65,6 grados. A las 3.30, la medición registró 82 grados. Varios instrumentos alcanzaron entre las 9.54 y las 12.00 su máximo de temperatura permitido entre 70 y 100 grados. A las 14.45 el calor volvió a niveles de 55 grados.

 

Para enfrentar la crisis, CFE instaló el 18 de julio de 2021 un enfriador portátil en el exterior del edificio del reactor, como indica el reporte de inspección OR-03/21-LV2 de la CNSNS, también obtenido por transparencia. A finales de enero fallaron los ventiladores del sistema de aire acondicionado y ventilación de ambas unidades.

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