Veracruz, Ver.-El 7 de abril del 2020, Moisés Zayas y su familia decidió preparar una olla con comida para regalar a las personas que perdieron su empleo por la pandemia de covid-19, al escuchar historias que contaban la angustia por conseguir dinero para comprar la comida del día.
En aquel entonces no se imaginó que su iniciativa perduraría después de un año y que la sociedad civil del puerto de Veracruz se volcaría con donaciones para apoyar su acto de altruismo en un comedor comunitario que instaló en el espacio que por las tardes es un restaurante de tacos de canasta, ubicado en la avenida Ortiz Rubio número 134 entre Santos Pérez Abascal y Alvarado, de la Colonia Ortiz Rubio
En poco más de un año, el sitio fue nombrado como el comedor comunitario “Hacemos que Suceda”, en el que Moisés y su familia, apoyados por ciudadanos que brindan donaciones, han repartido más de 25 mil platos de comida caliente.
En el punto más grave de la pandemia de covid, vivido entre abril y agosto del 2020, recuerda que llegó a recibir hasta a 170 personas en un solo día que se acercaban por un plato de comida.
En un inicio eran vecinos que narraban que se habían quedado sin trabajo, adultos mayores que ya no eran recibidos como empacadores en los super mercados e incluso taxistas que al no tener un ingreso fijo se la vieron difícil.
La voz se fue corriendo y pronto al lugar arribaron personas que viven en condición de calle, indigentes a quienes se les brindaba el mismo apoyo sin ninguna condición, indicó.
Moisés se muestra modesto, asegura que la iniciativa no fue en ningún momento para promover a su negocio o sus acciones, sino por el placer de ayudar e inspirar a la solidaridad de la sociedad jarocha.
Esto último tuvo una respuesta inmediata con las donaciones que comenzó a recibir en especie de restaurantes que regalaban ingredientes o de particulares que se acercaban para otorgar algún producto en especie.
También destaca que hubo otros casos en los que personas replicaron la iniciativa de regalar comida en sus casas o contribuir con otros comedores comunitarios alrededor de la ciudad, lo que permitió ayudar a más personas o acercar este beneficio a personas que tenían que desplazarse hasta la colonia Ortiz Rubio, en donde se ubica su establecimiento.
“Empezamos el 7 de abrir del 2020, empezamos como un apoyo para las personas que por la pandemia se quedaron sin trabajo, después, con el tiempo lo adoptamos como proyecto a largo plazo, hemos entregado a la fecha más de 25 mil platos de comida”.
Después de un año, afirma que existen más personas ayudando a regalar un plato de comida caliente, lo que, aunado a la poca mejoría de la economía, ha hecho que la afluencia de personas que requieren apoyo ya no sea tan alta.
Actualmente atiende entre 60 y 70 personas de lunes a viernes, a quienes se les ofrece un plato abundante de algún guiso con carne y muchas verduras, frijoles y arroz que se acompañan con agua de fruta de la temporada.
Aunque la comida se entrega entre las 1:00 y 2:00 de la tarde, su labor inicia desde temprano con la compra de los ingredientes y la preparación de los alimentos.
Por ahora son menos las personas desempleadas que se acercan por un plato de comida, calcula que 70 por ciento de los beneficiados son personas indigentes que no tienen donde dormir, el resto adulto mayores que tienen una vivienda, pero no ingresos fijos y menos hijos o familia que se preocupen por ellos.
“En promedio antes venían unas 100 personas, el año pasado hubo un día que tuvimos 170 personas, pero actualmente la cifra varía entre 60 y 70 personas las que vienen con regularidad para que los ayudemos”.
Para Moisés y su familia la pandemia de covid causó una fuerte crisis económica que afectó a varios sectores de la población, pero también revivió la solidaridad y ganas de ayudar de la sociedad jarocha.